Ana M. F.

Juan Pablo M. nació en Madrid en 1950, pero acabaría siendo conocido como “la Ana”, “la Fifi” o “la Fresa”. Con 25 años empieza un proceso de cambio de sexo legal al tiempo que sufre una serie de detenciones policiales por “invertido y buscar invertidos” al sospechar que ejerce la prostitución: su género femenino y su sexo / nombre masculino en el DNI plantean una contradicción a las autoridades. Así, en 1975, es detenido/a “cuando se hallaba en las Ramblas [de Barcelona] haciendo ostentación de su condición de homosexual, yendo totalmente maquillado con pendientes y ropa de mujer”, según el informe policial conservado en su expediente del Juzgado de Peligrosidad y Rehabilitación Social de Cataluña.

Le detienen por homosexual, pero se define como “heterosexual nato”. Declara en comisaría que “se siente mujer, razón por la que se viste con atuendos femeninos. Que se pinta, se maquilla, se depila y lleva pendientes por la misma razón psíquica de su enfermedad” (su palabra siempre pasa por el filtro de las autoridades policiales, médicas y jurídicas, casi no tenemos testimonio directo de ella). Además, subraya que ha sido tratado/a por un equipo médico de psiquiatras, urólogos y otros especialistas que le han aconsejado el cambio de sexo. En cambio, en el informe médico realizado tras la detención, se destaca la “psicomotricidad feminoide”, la ginecomastia, posiblemente por tratamiento hormonal, la “total identificación con el rol social femenino” y que es homosexual por condicionamiento en la infancia mientras ella repite en varias ocasiones que lleva “pendientes y ropa de mujer, pintándose y depilándose como mujer por sentirse mujer, lo normal en él [según la policía] es actuar como mujer y que piensa operarse para cambio de sexo”.

El mismo año, en 1975, es detenida de nuevo en el tren en la Puerta del Sol de Madrid, un lugar de prostitución famoso en la capital. En el tren, le pidieron la documentación y al ser la foto del pasaporte distinta, le detuvieron. Provenía de Ámsterdam, donde se sometió a una intervención quirúrgica de cambio de sexo. Así es como se defiende ante las autoridades y como justifica el uso de prendas femeninas. Además, afirma seguir un tratamiento psiquiátrico y un tratamiento clínico para el cambio de sexo: “viene a pasar las vacaciones a España y al mismo tiempo a un tratamiento psiquiátrico ya que está en tratamiento clínico para el cambio de sexo que le identifique como persona y pueda integrarse en la sociedad”. Sin embargo, se le realiza un nuevo dictamen pericial médico y dictamina de nuevo la “homosexualidad congénita con características psicológicas muy acusadas”, al tiempo que una atrofia testicular por irradiación con rayos X como fase previa del cambio quirúrgico de sexo genital. Ana resulta condenada nuevamente en 1976 a internamiento en un establecimiento de reeducación de 12 a 18 meses por ser considerada en “estado socialmente peligroso”.

Unos meses después, aún en 1976, le detienen varias veces en las calles de Madrid, vestida de mujer, por ejercer la prostitución, pero ella lo niega en comisaría. Asimismo, niega nuevamente ser homosexual o estar buscando homosexuales. Afirma ser transexual y estar en tratamiento en un centro especializado para el cambio de sexo. Al final, no fue condenada porque no se pudo demostrar que ejerciera la prostitución y porque no se consideraba homosexual sino transexual, y según el informe médico existe una “autoidentificación con el sexo femenino desde su infancia”. Declara también que un médico certifica que padece un cuadro de transexualidad. El documento indica lo siguiente:

creemos debe de ser estudiada y asesorada por la escuela de medicina legal de Madrid para realizar las transformaciones somáticas que fueran precisas, realizado esto debe de ponerse en marcha los procesos que fuesen oportunos para el cambio de sexo en la inscripción del registro civil y consiguientemente en el DNI para considerarla a efectos civiles como mujer.

Ella utiliza su “transexualismo” para defenderse ante las autoridades, habla de “desviaciones psíquicas y físicas”, dice que todo ello es estudiado por psiquiatras y así es como puede evitar la condena por homosexualidad, pues “se considera como mujer a todos los efectos”. Este apoyo de los psiquiatras para el cambio de sexo, a pesar de los informes de los médicos forenses que hablan de homosexualidad, es lo que permite a Ana evitar la condena por homosexualidad.

Gracias al apoyo médico y psiquiátrico, las autoridades judiciales aceptan finalmente el cambio legal de identidad en el Registro Civil en septiembre de 1977. Ana M. F. pudo obtener un nuevo pasaporte que indicaba la identidad y el sexo que correspondían a su género. Consiguió modificar también su certificado de nacimiento en el Registro Civil de Madrid: “se rectifica la presente acta en el sentido de que el sexo del inscrito es HEMBRA en lugar de varón, y el nombre ANA en vez de Pablo”. En 1978, su expediente de peligrosidad en Cataluña fue archivado, a pesar de varias detenciones posteriores.

Se trata, por consiguiente, del primer cambio de sexo legal en España, casi 10 años antes del primer caso conocido hasta ahora en 1986 y 30 años antes de la Ley de Identidad de Género aprobada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2007.

Geoffroy HUARD

Fuentes primarias

Expediente de peligrosidad número 180, 1975, conservado en el fondo del Juzgado Especial de Peligrosidad y Rehabilitación Social de Cataluña. Archivo de la Ciudad de la Justicia de Barcelona.

Bibliografía

HUARD, Geoffroy (2021), Los invertidos. Verdad, justicia y reparación para gais y transexuales bajo la dictadura franquista, Barcelona: Icaria, pp. 50-58.

Materiales adicionales

HUARD, Geoffroy y Javier FERNÁNDEZ GALEANO (2023), dirs., Las locas en el archivo. Disidencia sexual bajo el franquismo, Madrid: Marcial Pons.

Cómo citar este trabajo

HUARD, Geoffroy (2024), “Ana M. F.”, en Catálogo de memorias disidentes, MASDIME – Memorias de las masculinidades en España e Hispanoamérica, Universitat de Lleida, fecha de consulta.

http://www.masdime.udl.cat/profile/anamf/