David Ulloa

Editorial Feliz Feliz publicó, en 2018, Cartas a hombres, primer libro de David Ulloa (Costa Rica, 1989). Este texto fue reeditado, en 2020, por la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, dentro de su colección “Vieja y Nueva Narrativa Costarricense”. Ulloa, periodista y comunicador, formado en la Universidad de Costa Rica, ha desarrollado una trayectoria marcada por la lucha por la visibilidad de las identidades sexodisidentes en el ámbito sociocultural costarricense.

Fue fundador de la revista Orgullo (Premio Nacional de Comunicación Cultural, 2020) y colaborador en diferentes medios de comunicación nacionales. En 2024, publicó el poemario Irme de todos los lugares, el cual trata sobre la pérdida de los espacios de pertenencia (social, familiar, amorosa, etc.) provocada por el paso del tiempo y por la precariedad de los vínculos del hombre homosexual, sobre todo cuando no ha tenido las garantías plenas de reconocimiento de su existencia. Su libro de relatos se ha convertido en una referencia clave para pensar la representación de la homosexualidad en la literatura contemporánea costarricense, tanto por su carácter autobiográfico como por su propuesta estética.

En su primera edición, Cartas a hombres está compuesto de nueve relatos que adoptan la forma epistolar, aunque en realidad funcionan como fragmentos de un archivo íntimo. Llamarlos cartas es, en cierto sentido, un gesto estratégico: cada texto se dirige a un “tú” concreto —el padre, un amante, un amigo, un desconocido, etc.—, pero más que establecer una correspondencia real, construyen un espacio de exposición y memoria. Se trata de cartas que no buscan respuesta; son, más bien, inscripciones de un yo que se rehace al narrarse. Es en este sentido que el libro opera como un archivo íntimo, un depósito de escenas que condensan la vulnerabilidad, el deseo y la herida. Un elemento estructural que refuerza lo anterior es el conteo que acompaña cada relato y que registra, por una parte, la edad del narrador-protagonista en el momento biográfico referido y, por otra, el número de hombres con los que ha mantenido relaciones íntimas hasta entonces. Esta numeración permite reconstruir una trayectoria vital:

 

16 años, 0 hombres: “Al papá”

17 años, 0 hombres: “Al mejor amigo”

19 años, 0 hombres: “Al primero”

20 años, 6 hombres: “Al taxista”

21 años, 10 hombres: “A él”

24 años, 23 hombres: “Al salvador”

26 años, 99 hombres: “Al puto”

27 años, 118 hombres: “Al padre”

28 años, 141 hombres: “Al hermano”

 

Más que una estadística, este conteo expone lo que la sociedad ha hecho con él —la herida, la exclusión, la soledad, provocadas por el abandono y el rechazo del padre— y lo que él, a su vez, ha hecho con lo que le dejaron: una serie de encuentros que nunca cancelan la falta inicial. Cada carta se inserta, así, en la búsqueda de un amor originario, el del padre, que se proyecta luego en otros hombres, pero que nunca llega a resolverse. El recuento funciona como recordatorio de esa imposibilidad, como huella de un deseo que se multiplica en cuerpos y números sin alcanzar una resolución. De hecho, el libro abre con el siguiente epígrafe, un haiku tomado de una cuenta de Instagram (@grindrhaiku): “Dad fucked me up and you fucked me over so I’m fucking everyone” (Ulloa, 2018, p. 11).

En este marco, el narrador reconstruye experiencias amorosas, sexuales y familiares que no siguen una cronología cerrada, sino que aparecen como retazos de memoria atravesados por la vulnerabilidad y el deseo. Son las “anécdotas de un paria con voz”, en las que el yo narrativo oscila entre la confesión y la crítica, entre la intimidad y la exposición pública. Ulloa presenta escenas parciales donde lo autobiográfico se mezcla con lo ficticio y lo autoficcional, en un registro que rehúye la transparencia testimonial. El cuerpo y la sexualidad aparecen marcados por la injuria, el estigma y la exclusión, pero también reelaborados por la imaginación literaria, lo cual desplaza la confesión hacia un territorio ambiguo, donde lo vivido y lo creado se confunden.

En este recorrido vital, “Al taxista” constituye un relato emblemático porque despliega de manera explícita la dimensión autoficcional de Cartas a hombres. El narrador-protagonista se presenta, en un guiño intertextual, a partir de la figura de Patty Diphusa, personaje creado por Pedro Almodóvar. Lo anterior sitúa el texto en un registro donde la vida, la escritura y la performance se confunden: “Dicen los críticos que mis historias le ponen cara a la causa homosexual. Hay una cosa muy bonita que me dijo Alfonso Chase: hacía falta una zorra que escribiera” (Ulloa, 2018, p. 42). El narrador-protagonista sigue una narrativa muy similar a la que se puede encontrar en las memorias de Patty, donde también se llevan al límite, como explica Tatiana Palovic, “las nociones de la obra literaria como una forma de vida y de la vida como una construcción ficcional, al mezclar, hasta el punto de hacerlas indistinguibles, verdad, mentiras, copia, simulacro, cliché, películas, vida real y escritura” (2003, p. 94; traducción propia).

El encuentro con el taxista no es solo una anécdota sexual, es, también, una escena marcada por la teatralidad y el exceso (por el camp), en la que el sujeto gay se enfrenta a una figura masculina popular y anónima. En este sentido, el relato evidencia tanto el deseo como la amenaza, pero filtrados por un tono paródico y autoparódico:

Siento que ella [Patty Diphusa] y yo somos demasiado iguales y es como leer mi vida, en una parte dice que ella escribió sus historias de lo que es ser actriz porno y puso de moda ser desvergonzada y la vara, pero que ahora entonces todos esperan que esté excitada todo el tiempo y yo siento eso, ¿me explico? Como que ahora los maes me ven en serio como un símbolo sexual solo por contar mis cosas, que a veces ni son mis cosas. (Ulloa, 2018, p. 42)

La lectura de Cartas a hombres permite comprender cómo la subjetividad gay se produce desde el lugar del “paria moderno” (Arendt, 1998; Varikas, 2017). La marginalidad no implica únicamente exclusión social, sino también la posibilidad de construir una voz política desde el margen. Didier Eribon (2001) profundiza en esta idea al sostener que la injuria y el insulto marcan al sujeto homosexual, lo constituyen y lo obligan a negociar su lugar en el mundo. El reconocimiento del estigma no desemboca en la aceptación pasiva de la marginalidad, sino en la apropiación de una voz que transforma la herida en relato. El mismo estudioso subraya que el arte y la literatura pueden “heroificar” vidas parias. No se trata de ocultar la marginalidad, sino de “elevarla”, de darle forma narrativa y estética a lo que de otro modo quedaría borrado o degradado: “Heroificar es transfigurar los seres reales en héroes, en personajes novelescos, en figuras teatrales, y la vida real en epopeya, en poema o en tragedia griega” (Eribon, 2004, p. 21).

La potencia de Cartas a hombres radica en esa operación discursiva: el texto no encubre la vergüenza, el miedo ni la violencia, sino que los convierte en materia de escritura. Se trata de una subjetividad que se asume marcada por la herida, pero que encuentra en la literatura un modo de reinscribirse. En este sentido, el libro no puede separarse de su dimensión política: al narrar su vida, Ulloa narra también la de muchos otros hombres gays que, en el contexto costarricense, han debido habitar la injuria y el estigma sin poder hablar. La carta, aquí, no es solo un gesto íntimo, sino también un acto de restitución que disputa la invisibilidad y ofrece al lector un archivo de experiencias habitualmente silenciadas.

Cartas a hombres es, por lo tanto, una obra que coloca en el centro de la literatura costarricense las tensiones entre deseo y exclusión, amor y vulnerabilidad, marginalidad y agencia. Desde ese lugar, Ulloa construye una voz literaria que no le teme a la contradicción ni a la crudeza, y que convierte lo personal en un territorio de intervención crítica. La escritura epistolar, finalmente, se transforma en un ejercicio de subjetivación y resistencia: un espacio donde el “paria”, lejos de callar, se afirma en su derecho a hablar, a ser leído y a inscribirse en la tradición literaria contemporánea del país.

José Pablo ROJAS GONZÁLEZ

 

Fuentes primarias

ULLOA, David (2024), Irme de todos los lugares, San José, Costa Rica: Editorial Feliz Feliz.

— (2020), Cartas a hombres, 2.ª ed., San José, Costa Rica: Editorial Universidad Estatal a Distancia (EUNED).

— (2018), Cartas a hombres, San José, Costa Rica: Editorial Feliz Feliz.

 

Bibliografía

ARENDT, Hannah (1998), Los orígenes del totalitarismo, Madrid: Taurus.

ERIBON, Didier (2004), Una moral de lo minoritario: Variaciones sobre un tema de Jean Genet, Barcelona: Anagrama.

— (2001), Reflexiones sobre la cuestión gay, Barcelona: Anagrama.

PALOVIC, Tatjana (2003), Despotic Bodies and Transgressive Bodies. Spanish Culture from Francisco Franco to Jesús Franco, New York: State University of New York.

ROJAS GONZÁLEZ, José Pablo (2020), “Las anécdotas de un ‘paria con voz’: el hombre gay en una selección de relatos de Cartas a hombres (2018)”, Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, 17,1, s.p. Acceder

VARIKAS, Eleni (2017), Las escorias del mundo: Figuras del paria, Xalapa, México: Universidad Veracruzana.

 

Cómo citar este trabajo

ROJAS GONZÁLEZ, José Pablo (2025), “David Ulloa”, en Catálogo de memorias disidentes, MASDIME – Memorias de las masculinidades en España e Hispanoamérica, Universitat de Lleida, fecha de consulta.

http://www.masdime.udl.cat/profile/davidulloa/