Leonardo

Leonardo (seudónimo, 1982-2013) fue un joven originario de Puebla, el primero de su familia en acceder a estudios superiores en la universidad pública estatal, logrando realizar estudios de posgrado. Vivió su infancia y adolescencia en una pequeña comunidad rural de población campesina cuyos habitantes, en el mejor de los casos, apenas superaban el nivel de pobreza. Es por ello que la expectativa de formación académica para sus jóvenes apenas llega al nivel medio superior, antes de ingresar al mercado de trabajo como obreros, campesinos o comerciantes, mayoritariamente. Por esa misma razón las expectativas son igualmente claras en lo relativo al matrimonio: casarse jóvenes y procrear relativamente pronto. Leonardo no las cumplió.

Siendo el menor de los hijos, a edad muy temprana demostró que, a diferencia de sus hermanos, no cumpliría con los modelos hegemónicos de la masculinidad. Y, por lo mismo, no se podía esperar que contrajera matrimonio con alguna de las jóvenes del pueblo. Aún adolescente, identificó su interés por chicos de su mismo sexo, por lo que buscó activamente acercarse a los varones que resultaban de su agrado. Empezó con juegos que le permitieran un cierto contacto, intentando avanzar hasta que era detenido en sus incursiones. Más tarde, durante las fiestas del pueblo se percató de que, una vez alcoholizados los varones con los que deseaba interactuar, eran menos reticentes. Fue así como pudo lograr la interacción sexual que deseaba con todo tipo de sujetos, algunos más grandes de edad, muchos de ellos casados y padres de familia. Con el tiempo, muchos varones de su comunidad que habían tenido alguna experiencia con él prefirieron evitar su compañía cuando se trataba de beber y, poco tiempo después, sufrió una fuerte agresión para la cual no encontró apoyo ni solidaridad, ni siquiera entre su familia, por lo que definitivamente dejó su pueblo y se fue a vivir a la capital de la entidad, donde ingresó a la universidad.

Me parece necesario resaltar que las experiencias que Leonardo había tenido hasta ese momento habían sido fundamentalmente con hombres que no se identificaban como homosexuales. La mayoría vecinos de su pueblo, muchos de ellos casados, de diversas edades, y que, a pesar de mantener una amistad con Leonardo, en todo momento reproducían ese performance masculino. Ello, por supuesto, tiene consecuencias en las mismas prácticas de los sujetos. Es un lugar común la incursión de varones homosexuales en contextos considerados heterosexuales en búsqueda de al menos un encuentro sexual. Para algunos, la sola insinuación de que un sujeto es heterosexual lo vuelve atractivo por encima del resto de los varones. Esto delata un cierto nivel de homofobia que, a pesar de no ser explícita, deja ver que esa valoración diferencial lleva implícita la reproducción de discursos heterosexistas.

Sin embargo, Leonardo no perdió el interés sexual por el tipo de varones que había conocido en su comunidad. Por ello, la ciudad se convirtió en un campo mucho mayor que ameritaba ser explorado. No tardó mucho tiempo en descubrir que había un tipo de establecimientos muy peculiar en esta ciudad, que eran potenciales sitios para el encuentro sexual: las saunas de barrio. Estos establecimientos ubicados en múltiples barrios de la ciudad están dirigidos a sectores populares, aparentemente para atender la necesidad de quienes no contaban con agua corriente en casa y debían buscar un lugar cercano para el aseo personal. Fue así que en sus múltiples incursiones descubrió que en algunos el encuentro sexual entre varones era una práctica frecuente. Fue ahí donde conoció a uno de sus “novios”, con quien vivió una relación erótico-afectiva durante algunos años. El sujeto mencionado, como muchos otros con lo que había interactuado, era un hombre casado:

Yo notaba que cada vez que le decía “te voy a dejar a tu casa” me decía “no porque voy a ir a otro lado…”. Siempre me daba la vuelta. Más o menos me di cuenta de que era casado, pero no le quise decir nada. Entonces a la semana, precisamente en Los sapos [plaza pública ubicada en una de las zonas turísticas de la ciudad], estábamos jugando y me dijo: “te quiero hacer una pregunta, pero te quiero hacer una proposición: este, ¿sabes qué? soy casado y tengo una hija”, y yo en ese momento le dije algo así como que “ya lo sabía o casi, casi” y me dice “¿tú crees que pueda funcionar algo?” y le digo “yo no sé”.

La relación con el novio no estuvo exenta de problemas, principalmente debido al temor de que la esposa descubriera la relación que mantenían. A pesar de que en algún momento ella se enteró de la doble vida de su marido, decidió que mantendría la relación conyugal. Poco a poco fue presionando a su marido, tomando como principal excusa el tema económico, hasta que logró que aceptara asilarse en Canadá, con el argumento de la inseguridad en México. Esta decisión propició el fin de la relación con Leonardo. Más tarde Leonardo conoció a un joven de su edad, con quien mantuvo una relación estable durante varios años, sin que ello evitara sus frecuentes incursiones en saunas. Leonardo murió, víctima de cáncer, en 2013.

Mauricio LIST REYES

Fuentes primarias

Entrevista a Leonardo llevada a cabo por Mauricio List Reyes entre junio y agosto de 2005. Archivo personal.

Bibliografía

LIST REYES, Mauricio, “Mi novio tiene esposa y dos hijas”, Entre lo joto y lo macho. Masculinidades sexodiversas mexicanas, ed. Humberto Guerra y Rafael M. Mérida Jiménez, Barcelona y Madrid: Egales, pp. 155-179.

Cómo citar este trabajo

LIST REYES, Mauricio (2023), “Leonardo”, en Catálogo de memorias disidentes, MASDIME – Memorias de las masculinidades en España e Hispanoamérica, Universitat de Lleida, fecha de consulta.

http://www.masdime.udl.cat/profile/leonardo/