
Álvaro Pombo García de los Ríos (Santander, 1939) nació, apenas terminada la Guerra Civil española, en el seno de una conocida y acomodada familia santanderina. Se educó en instituciones religiosas de Santander y Valladolid. Estudió Filosofía y Letras en las universidades de Madrid (Complutense) y Londres (Birbeck College). Trabajó como docente en el Colegio Tajamar de Vallecas, de donde fue despedido al hacerse pública su homosexualidad. Se autoexilió en Londres durante once años (1966-1977). A su regreso a España comenzó una brillante carrera literaria que le llevaría, en 2002, a la Real Academia Española, apadrinado por Luis Mateo Díez, Luis María Ansón y Francisco Rico, cubriendo la vacante dejada por Pedro Laín Entralgo: “Fue no el primer gay en la Academia (obviamente, tan nutrida) pero sí en salir públicamente del armario como académico electo e investido. En suma, el primer respetable académico que posee en sus vitrinas el torso viril del premio Shangay” (Villena, 2006).
La contribución de Álvaro Pombo a la literatura española de temática homosexual ha sobrepasado ampliamente los límites impuestos por las modas y el mercado. Prolífico autor de dos docenas de novelas, así como de seis libros de poesía y varias colecciones de cuentos, se ha alzado con los más importantes premios literarios, incluyendo el Premio Herralde en 1983 por El héroe de las mansardas de Mansard, el Premio de la Crítica en 1991 por El metro de platino iridiado, el Premio Nacional de Narrativa en 1997 por Donde las mujeres, el Premio Fastenrath en 1997 por La cuadratura del círculo, el Premio de la Fundación José Manuel Lara Hernández en 2001 por El cielo raso, el Premio Planeta en 2006 por La fortuna de Matilda Turpin y el Premio Nadal en 2012 por El temblor del héroe. Los títulos que ejemplifican una narrativa indiscutible y plenamente homosexual, rica en personajes y temáticas homosexuales, incluyen los cuentos reunidos en Relatos sobre la falta de sustancia (1977) y las novelas Los delitos insignificantes (1986), El metro de platino iridiado (1990), El cielo raso (2001) y Contra natura (2005).
Pombo ha manifestado en más de una ocasión su incomodidad ante el género autobiográfico. En Un gran mundo (2015), novela construida como meta-autobiografía (si bien casi completamente ajena al tema homosexual), la narradora -presumiblemente un alter ego del propio Pombo- reflexiona: “¡ah, la confección de las memorias, el gran ridículo que acecha al memorialista enardecido!” (55). Y, cediendo ante el empuje cognoscitivo de la autoficción:
Esto no son tampoco mis memorias. Esto es la memoria y es, además, ficción. Que sea ficción no hace este relato más libre sino más verosímil que cualquier memoria. La verdad solo se muestra indirectamente a través de las ficciones y precisamente en ese punto en que uno puede decir que al final la verdad da igual. La verdad como adecuación es sustituida por la verdad como adivinación y presentada en el aletear de lo verdadero y lo falso, en el presentimiento de la conciencia narrativa. (183)
Aunque Pombo no ha publicado ninguna novela que se pueda calificar como clara e inequívocamente autobiográfica -y raramente se ha permitido profundizar en aspectos personales en sus apariciones públicas-, en más de una ocasión ha dado a entender que en su obra literaria se pueden encontrar guiños de tipo autobiográfico. Así, por ejemplo, sostiene que salió del armario, “sin ayuda de colectivo ninguno”, con la publicación en 1977 de Relatos sobre la falta de sustancia (Soto, 2003: 39). Esta salida literaria del armario, sin embargo, debería ser entendida en un sentido implícito ya que, si bien los cuentos contienen personajes, peripecias e incluso una mirada homosexual, el autor no toma partido de manera explícita: “Desde que llegué a España el año 77, empecé a escribir sobre lo homosexual. Y luego mis libros siempre lo han tratado. No he estado nunca dentro del armario. Lo que no soy es muy activista, me agobian un poco los activismos” (39). De manera explícita, Pombo se manifestó abiertamente homosexual en una entrevista publicada por la revista Zero (nº 48, 2003).
Su figura pública adoptó nuevos y destacados relieves a partir de esa fecha gracias a sus apariciones mediáticas en programas de televisión como Espejo Público (Antena 3) y debido sobre todo al inicio de una actividad política en el seno del partido Unión Progreso y Democracia. En las elecciones generales de 2008 encabezó la lista al Senado por la Comunidad de Madrid y en las de 2011 repitió igualmente como candidato al Senado por Madrid por el mismo partido. Pombo ha adoptado de manera consistente una postura extremadamente crítica respecto al activismo militante homosexual y LGBT: “El gusto mediterráneo de la calle, de que todo pase en la Plaza de Chueca, me cansa. Moriría por defender la causa, moriría por los gays, pero no merendaría con ellos” (2003: 39). Esta postura le ha granjeado abundantes críticas desde esos sectores que son, precisamente, los que más decisivamente han contribuido a definir los contornos del debate público sobre los derechos de homosexuales y transexuales.
En el centro de la controversia pombiana se encuentra el tema del matrimonio homosexual, un tema que articula la gran mayoría de los debates públicos sobre todo aquello relativo a los discursos, los conceptos y las experiencias no heterosexuales, de manera similar a como en tiempos pretéritos lo hicieran la despatologización y la despenalización de los actos sexuales entre personas del mismo sexo y, más aún, la pandemia del sida:
Ahora empezamos a inventar para este amor [homosexual] nuevos relatos y nuevos conceptos. No puede ser, por lo tanto, reducido a la idea de amor matrimonial ni artificial. El concepto de matrimonio debe ser reservado para las uniones de heterosexuales. Hay que inventar conceptos nuevos. Y no se hace ningún servicio a la causa homosexual adaptando, poco más o menos, lo que ya hay a las grandes novedades que se avecinan. (Pombo, 2005: 113)
Polemista de oficio, son abundantes sus declaraciones críticas con el matrimonio, el Orgullo y el activismo en programas televisivos de gran audiencia. Pombo se ha declarado como homosexual atípico, marginal y misántropo, “homosexual homófobo” (Undurraga, 2011), “homosexual antiguo” (Rocamora, 2009), hijo de una época en la que la visibilidad ni siquiera se planteaba:
Yo no soy gay, soy pre-gay. Es algo que me dijo Mendicutti una vez. Soy homosexual, pero tengo la edad que tengo y he vivido las experiencias que he vivido. Por eso Brokeback Mountain o Far from Heaven me gustan tanto. Reflejan la clase de homosexualidad que he vivido: era una imposibilidad. Uno no salía del armario nunca. Ni yo ni nadie. Hacías lo que podías (Rocamora, 2009: s.p.).
Alfredo MARTÍNEZ EXPÓSITO
Fuentes primarias
POMBO, Álvaro (2005), “Llamar al matrimonio por su nombre”, Archipiélago: Cuadernos de crítica de la cultura, 67, pp. 107-113.
— (2015), Un gran mundo, Barcelona: Destino.
ROCAMORA, Jesús (2009), “Yo no soy gay: soy pre-gay”, Público, 15 de agosto.
SOTO, Marcelo (2003), “Entrevista a Álvaro Pombo: Dentro de la Academia, fuera del armario”, Zero, 48, pp. 39-41.
UNDURRAGA, Vicente (2011), “Soy un homosexual homófobo”, The Clinic, 31 de marzo. Acceder
Bibliografía
LENQUETTE, Anne (2016), Les romans d'Álvaro Pombo: savoir et fiction en Espagne, XXe et XXIe siècles, Paris: Honoré Champion.
MARTINEZ EXPÓSITO, Alfredo (2021), “Interseccionalidad y homosexualidad en la narrativa de Álvaro Pombo”, Disidencia e hipernormalización: ensayos sobre sexualidad y masculinidades, Barcelona: Icaria, pp. 117-140.
MASOLIVER RÓDENAS, Juan Antonio (1993), “Álvaro Pombo: las aventuras de la conciencia”, Vuelta, 205, pp. 30-32.
VILLENA, Luis Antonio de (2006), “Álvaro Pombo, feminólogo”, El País, 11 de noviembre.
Cómo citar este trabajo
MARTÍNEZ EXPÓSITO, Alfredo (2023), “Álvaro Pombo”, en Catálogo de memorias disidentes, MASDIME – Memorias de las masculinidades en España e Hispanoamérica, Universitat de Lleida, fecha de consulta.