Susana Pinta Silva

El drama de la transexual uruguaya es un folleto de 22 páginas, publicado por Susana Pinta Silva (Montevideo, 1943-¿?) en 1974 en Buenos Aires, que fue vendido por la propia autora en colectivos y puestos de diario para recaudar fondos para su operación de cambio de sexo. El testimonio de Susana no adquiere la tradicional estructura de la memoria autobiográfica, pues, aunque recupera la historia de su niñez e infancia, se enfoca principalmente en la descripción de su presente, con el objetivo de empatizar con el lector y sensibilizarlo en relación a su padecimiento con el fin de obtener donaciones para realizar su operación en Estados Unidos y poder, finalmente, casarse.

La infancia de Susana está signada por su ligazón con la feminidad y el rechazo de sus padres. Relata haber preferido siempre los juegos de niñas, el ser muy femenina, el desear a varones desde muy joven y el haber sido rechazada y violentada por estos motivos:

Mis juegos de muy niña fueron comiditas de pasto y cáscaras de verduras, las muñecas, hacer de maestra y cantar. Cuando ingresé a Jardinera era vivaz: la maestra iba a tomar el té con su colega de 1er año y yo siempre me quedaba a cargo del grupo. ¡Y cómo me gustaba ser la que mandaba en el grupo! En las fiestas de la escuela siempre bailaba y cantaba resaltando entre los demás. (s.p.)

Susana recuerda jugar a las comiditas, a las muñecas y a la maestra, su expulsión de once colegios, que enumera, y el haber sido víctima de un padre violento, para huir del cual escapa a Buenos Aires. Se podría decir que se trata de una biografía rioplatense: los tránsitos, las huidas y los reencuentros unen uno y otro lado del Río de la Plata.

Luego de pasar cuatro años en Buenos Aires, Susana regresa a Montevideo donde empieza a vivir definitivamente como mujer y, a los 18 años, contrae matrimonio civil en secreto y vestida de mujer con un hombre mediante una serie de argucias. Susana, describe relaciones estables, monógamas, de larga duración, interpretadas desde el amor romántico y correspondidas. Su primer matrimonio dura seis años entre 1961 y 1967, periodo en que “deja los estudios para dedicarse enteramente al cuidado del hogar” hasta que su matrimonio se hace público y deben divorciarse por presión de la familia de su marido. En 1969 conoce a quien será su segundo amor, con quien convivirá cinco años hasta 1974, cuando nuevamente la familia de este descubre “su problema físico” y deciden separarse. Es en este momento cuando Susana entra en contacto con un cirujano estadounidense, decide operarse y emprende una campaña para recaudar fondos que incluye la aparición en diarios y revistas, la publicación del opúsculo que analizamos y sucesivos viajes a Buenos Aires con el fin de ampliar la recaudación de donativos.

Según Susana, un transexual es un invertido, una mujer dentro del cuerpo de un hombre, siendo la transexualidad una enfermedad física que tiene en la intervención quirúrgica su única solución. Susana se refiere a su padecimiento en términos de “mal físico” y a la cirugía de reasignación de género como “rehabilitación física”, dando cuenta de que el suyo no es un problema psíquico sino morfológico del cuerpo. Para enunciar esta identidad, usa generalmente el discurso patologizante de la medicina, parafraseando a cirujanos y médicos. Para describirse, por ejemplo, dice:

¿Qué es un ser “TRANSEXUAL”? Un ser “TRANSEXUAL” es un invertido sexual. El invertido sexual, muestra tendencias psicológicas y sexuales a asumir al sexo opuesto, una mujer en el cuerpo de un hombre o viceversa. Aclaro que el invertido no debe compararse con los homosexuales o los transformistas. Los homosexuales se sienten atraídos por las personas de su mismo sexo y los transformistas experimentan satisfacción psicológica u erótica vistiéndose con la ropa del sexo opuesto; en cambio los invertidos viven y trabajan como parte del otro sexo en todo momento de su vida y cuando se someten a la intervención quirúrgica dejan sus ansiedades en el quirófano. Esto fue declarado y afirmado en conferencia de prensa por el Dr. Urólogo Sr. Roberto C. Granato, diplomado en la Universidad de Columbia en EE.UU. de Norte América. (s.p.)

Susana declara: “Desde siempre, desde que tengo uso de razón me consideré mujer y lo haré hasta el día en que dios me lleve con él”. Vive permanentemente como mujer desde su adolescencia, se refiere a ella exclusivamente en femenino y todas las fotos que acompañan su relato presenta una expresión de género femenina. Su objetivo con ellas es demostrar que es una mujer verdadera.

Cuando describe su vida actual, trata insistentemente de alejarse de los estereotipos asociados tanto a los homosexuales de la época como al de las mujeres jóvenes sexualmente emancipadas que empezaban a generar pánico en las elites y en prensa en el marco de la revolución sexual. Para alejarse de estas representaciones, Susana se describe en los roles de la mujer tradicional, alejada de los escándalos o al ejercicio libertino de la sexualidad y ligada al hogar y a los trabajos de ama de casa. En una sección, titulada “20 diferentes preguntas que podría hacerse el lector”, Susana pregunta y se responde a sí misma sobre su compromiso con la feminidad respetable:

Fui empleada doméstica, cocinera, mucama, niñea y limpiadora, luego vendí diarios, tuve puesto de verduras, siempre hay algo para trabajar para quien así lo desee.

¿Le gustaría ser actriz o algo parecido?

No, no me gusta la fama, pero sí me gustaría cantar para el público y ser sencillamente un ama de casa.

¿Sabe los quehaceres de un ama de casa?

Desde luego que sí, siempre los hice y nunca tuve quejas de mi compañero.

¿Se considera usted un ama de casa?

Naturalmente, me considero un ama de casa en todo momento de mi vida. (s.p.)

El relato de Susana, no en vano titulado El drama de la transexual uruguaya, es una narración doliente, en el cual se enfatiza permanentemente el sufrimiento inenarrable que le causa la enfermedad que padece. Susana manifiesta:

No creo que nadie dude de este drama, el cual empecé a sufrir meses antes de nacer, que sigo sufriendo hasta hoy, día de la publicación, y que quien sabe hasta cuando seguiré sufriendo […]. Siempre tengo el deseo de quitarme la vida y eso es cuando llego a ciertos límites de resistencia espiritual. Fíjense ustedes que mis problemas son muy grandes. (s.p.)

Su testimonio hilvana trágicamente la violencia física ejercida por su padre en su infancia, la expulsión de las escuelas en la niñez, el rechazo recibido por parte de la familia de su marido, la imposibilidad del amor, sus intentos de suicidio y la burla de los medios. Esta narración dramática se resquebraja, sin embargo, ante la descripción del “amor y comprensión de su pueblo” y del relato de diferentes muestras de apoyo que recibe tanto en Uruguay como en Argentina.

Santiago Joaquín INSAUSTI

Fuentes primarias

PINTA SILVA, Susana (1974), ed., El drama de la transexual uruguaya.

Bibliografía

SEMPOL, Diego (2013), De los baños a la calle: Historia del movimiento lésbico, gay, trans uruguayo (1984-2013), Montevideo: Random House Mondadori.

— (2019), “Memorias trans y violencia estatal. La Ley Integral para Personas Trans y los debates sobre el pasado reciente en Uruguay”, Páginas. Revista Digital de la Escuela de Historia, 11.27, s.p.

Cómo citar este trabajo

INSAUSTI, Santiago Joaquín (2024), “Susana Pinta Silva”, en Catálogo de memorias disidentes, MASDIME – Memorias de las masculinidades en España e Hispanoamérica, Universitat de Lleida, fecha de consulta.

http://www.masdime.udl.cat/profile/spintasilva/