Oscar Hermes Villordo

Nacido en Machagai, un pueblo de la provincia de Chaco, en 1929, y fallecido el primer día de 1994 en la ciudad de Buenos Aires, por complicaciones derivadas del VIH/sida, Oscar Hermes Villordo es una de las figuras más importantes -y también una de las más marginadas- en el panorama de la literatura de temática homoerótica argentina. Como muchos otros varones homosexuales de su generación, Villordo se trasladó muy joven desde su provincia natal a la capital porteña, mucho más receptiva a las sexualidades disidentes que pueblos y ciudades provincianas. En Buenos Aires desarrolló una extensa trayectoria como periodista y crítico literario y cultural. Empezó su carrera literaria como poeta, pero es más conocido por su narrativa, en particular por la tetralogía de novelas de temática gay que publicó tras el retorno de la democracia, en 1983, compuesta por La brasa en la mano (1983), La otra mejilla (1986), El Ahijado (1991) y Ser gay no es pecado (1993). Olvidado y menospreciado durante mucho tiempo, en los últimos años ha sido objeto de una merecida reivindicación como pionero de la literatura gay/cuir latinoamericana. La reedición de las tres primeras novelas mencionadas a través del sello Caballo Negro es parte de este rescate; a él se suman nuevas investigaciones sobre su obra (Pierce, 2018; Cárcano, 2023; Peralta, 2024) y la revalorización de su producción poética (Cárcano y Peralta, 2025).

Todas las novelas de Villordo -incluidas las primeras, El bazar (1967) y Consultorio sentimental (1971)- poseen una impronta autobiográfica, pero se caracterizan por una mirada “colectiva”: más que transfigurar sus propias experiencias en la ficción, el escritor tendió a oficiar de cronista que se mantenía en un discreto segundo plano. Tanto La brasa en la mano (1983) como La otra mejilla (1986) son novelas en las que se retrata la vida de varios personajes homosexuales, en el primer caso durante los años 50, en el segundo, a lo largo de la última dictadura cívico-militar (1976-1983). Ser gay no es pecado, por su parte, fue escrita por encargo poco antes de morir, y en ella el autor reconstruye su infancia en Chaco y el despertar del deseo homoerótico.

El testimonio más directamente autobiográfico de Villordo es su diario, escrito a lo largo de varias décadas y todavía inédito. Su amigo Manuel Mujica Lainez hizo una temprana referencia  al diario en el prólogo de una antología poética de Villordo publicada en 1966: “algo me ha mostrado, y puedo afirmar que el privilegiado lector que abarcará el texto entero y seguirá la evolución de la existencia del joven escritor, entrelazada a tantas y tantas otras, ilustres o menores, como resultado de encuentros fundamentales o casuales, se entretendrá y aprenderá, porque Villordo escribe ahí desembozadamente, sin pelos en la lengua, desnudándose y desnudándonos” (1966: 12). Lamentablemente, una parte considerable de los papeles personales y libros inéditos de Villordo, entre ellos el diario, se encuentran desde hace años en una biblioteca privada que no facilita el acceso a los investigadores. Tanto el Fondo “Oscar Hermes Villordo”, creado a instancias de Leopoldo Brizuela en la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno”, como Princeton University, conservan una copia de la versión mecanografiada de la porción del diario que abarca los años 1972-1983. Aunque solo se trata de una parte del material, reviste gran interés porque permite conocer una imagen diferente de Villordo a la que se perfila tanto en su obra creativa como en sus artículos críticos y periodísticos.

Villordo, como otros homosexuales de su generación, vivió la disyuntiva de ser homosexual y católico practicante. Si bien en las novelas publicadas a partir de 1983 la sexualidad disidente ocupa un primer plano y es objeto de una representación explícita, lindante incluso con lo pornográfico -sobre todo en El Ahijado-, el diario resulta mucho más pudoroso, y refleja la búsqueda de una pareja estable en vez de la práctica del yire (ligue callejero), central en títulos como La brasa en la mano y La otra mejilla:

“¡Dame fuerzas!, le pido a no sé qué deidad. ¡Y es seguramente a Dios, al único, al que tomó el nombre de Cristo para que lo entendiéramos!

Porque lo que pasa que todo todavía no se produjo. Sí, el vino el lunes, y estuvimos juntos ayer, pero tal vez yo no le sirvo, somo iguales, demasiado iguales, y esto es lo que parece impedir el todo. Aparte lo dicho, que pudiera tomar cualquier camino, es como si, con su prolijidad científica, no me dejara gozar del momento, del estar enamorado-enamorándome.

¡Ay, Dios, dame fuerza, dame Paciencia, la santa Paciencia, ilumíname, ilumínalo: a Vos me confío, a Vos me entrego! (Villordo, 1972-1983: s.p.)

La “igualdad” a la que alude este fragmento es, claramente, de índole sexual: como fue habitual en la era pregay, muchos varones homosexuales desempeñaban exclusivamente el rol pasivo con varones que, en general, no eran (o no se consideraban a sí mismos) homosexuales ni tenían signos de afeminamiento -los llamados “chongos”-. Con otros homosexuales podía surgir el problema de incompatibilidad de roles aquí señalado. Villordo dará cuenta de otros vínculos similares a lo largo de las páginas del diario disponibles. En este sentido, su testimonio ratifica que la sociabilidad gay de su generación estuvo marcada por las diferencias: de edad, clase, estatus socio-económico, roles sexuales e incluso color de piel. La imposibilidad de forjar relaciones duraderas respondía, en general, a esas asimetrías. El modelo “igualitario” comenzaría a instalarse recién a partir de los años 80; Villordo, como Manuel Puig o José María Borghello, no llegaron a familiarizarse con él, como el propio escritor señaló en una entrevista: “Ahora las parejas tienen un tono mucho mejor, más lindo. Por lo menos en las que yo conozco es así. Comparten su vida, trabajan los dos o uno de los dos. Probablemente al reconocer cada uno su homosexualidad sin tanto sentido de culpa se llega a una convivencia más feliz. Yo hubiera querido vivir esta época y no la otra” (Zeiger, 2007: s.p.)

Otras entradas interesantes del diario se vinculan con figuras -como Marco Denevi, María Elena Walsh o Manuel Mujica Lainez- cuya homosexualidad era conocida en los circuitos privados, pero que no se manifestaron públicamente como lo hizo Villordo en los años 80. Se trata, por lo tanto, de pasajes valiosos que dejan vislumbrar la intimidad del “armario literario”. También, por supuesto, Villordo deja constancia de su actividad laboral y literaria y de la actualidad política (desde el segundo gobierno de Juan Domingo Perón a la guerra de Malvinas). En conjunto, la homosexualidad no tiene en el diario la centralidad que sí posee en su narrativa, y su tratamiento es también muy distinto. Al menos en la sección del diario a la que se puede acceder en este momento, resulta difícil encontrar al Villordo “sin pelos en la lengua” que, según Mujica Lainez, distinguía las páginas que él había podido leer.

Los últimos testimonios autobiográficos del escritor se vinculan con el VIH/sida. El primero es un artículo aparecido en el diario La Nación el 9 de septiembre de 1993, con el título de “A mí no me va a pasar”; el segundo, un documental de 48 minutos, Sida: el poeta y la peste, dirigido por Hugo Ferrero. Villordo fue una de las primeras personalidades argentinas en comunicar públicamente que había contraído la enfermedad. En palabras de Claudio Zeiger (2011: 125-126), “lo que en esos últimos tiempos había sido un secreto a voces en el mundo literario, con la revelación pública llevó a Villordo a una militancia resignada, pero activa. Dio entrevistas, reconoció sin vueltas a través de un video que había llevado una vida sexual promiscua, instó a hacerse el análisis y a no discriminar a los a los enfermos”. Tanto el artículo como el documental resultan cruciales por la significación de la franqueza de Villordo en un contexto marcado por la estigmatización de los homosexuales en general y de las personas con VIH/sida en particular. Así como en los 80 el escritor había roto tabúes al hablar sin tapujos de la homosexualidad en sus novelas, fue también uno de los primeros rostros reconocibles de la pandemia.

El acceso al diario completo sin duda contribuirá a un mejor conocimiento de una de las figuras más indispensables de la literatura y la cultura gay/cuir en Argentina y Latinoamérica.

 

Jorge Luis PERALTA

Fuentes primarias

VILLORDO, Oscar Hermes (1972-1983), Diario, Fondo “Oscar Hermes Villordo”, Biblioteca Nacional Mariano Moreno, Buenos Aires (Argentina).

— (1993), “A mí no me va a pasar”, La Nación, 9 de septiembre.

Sida, el poeta y la peste (1993), dir. Hugo Ferrero, Blackman.

 

Bibliografía

CÁRCANO, Enzo (2023), “El yire porteño (Villordo, Lamborghini, Perlongher, Lens)”, Sin pasar por la vereda. Poesía LGBT+ en el territorio argentino, ed. Nicolás Colfer, Buenos Aires: Elemento disruptivo, pp. 37-60.

— y Jorge Luis PERALTA (2025), “Los orígenes de una tradición homoerótica en la poesía argentina del siglo XX”, Revista Iberoamericana, monográfico “Poesía y poéticas iberoamericanas, siglos XX y XXI”, ed. Eduardo Espina, 9.290-291, pp. 189-207.

MUJICA LAINEZ Manuel (1966), “Presentación”, Oscar Hermes Villordo presentado por Manuel Mujica Lainez, Buenos Aires: Ediciones Culturales Argentinas, pp. 7-17.

PERALTA, Jorge Luis (2024), “Oscar Hermes Villordo: el poeta de los mingitorios”, Los entendidos. Pioneros de la literatura ‘gay’ en Argentina, Madrid: Amistades Particulares, pp. 99-117.

PIERCE, Joseph M. (2018), “Amor, memoria y sentimentalismo en Ser gay no es pecado de Oscar Hermes Villordo”, Políticas del amor: derechos sexuales y escrituras disidentes en el Cono Sur, eds. Fernando A. Blanco, Mario Pecheny y Jospeh M. Pierce, Santiago: Cuarto Propio, pp. 325-250.

ZEIGER, Claudio (2011), “Villordo o el espejo desordenado”, El paraíso argentino, Buenos Aires: Emecé, pp. 115-137.

 

Materiales adicionales

VILLORDO, Oscar Hermes (2010 [1983]), La brasa en la mano, Resistencia: Librería de la Paz.

(1986), La otra mejilla, Buenos Aires: Sudamericana.

(1991), El Ahijado, Buenos Aires: Planeta.

(1993), Ser gay no es pecado, Buenos Aires: Beas.

ZEIGER, Claudio (2004), “La otra mejilla”, Suplemento Radar, 4 de enero. Acceder

— (2007 [1993]), “Villordo cuenta lo que Monseñor no sabe” (entrevista con Oscar Hermes Villordo), Suplemento Verano 12, 26 de enero. Acceder

 

Cómo citar este trabajo

PERALTA, Jorge Luis (2025), “Oscar Hermes Villordo”, en Catálogo de memorias disidentes, MASDIME – Memorias de las masculinidades en España e Hispanoamérica, Universitat de Lleida, fecha de consulta.

http://www.masdime.udl.cat/profile/villordo/