Camila Sosa Villada
Camila Sosa Villada (La Falda, Córdoba, Argentina, 1982) pasó su infancia y adolescencia en pequeños pueblos de la serranía cordobesa. Su devenir travesti durante la adolescencia la enfrentó al rechazo familiar y a la transfobia de ese entorno rural. A los 18 años llegó a Córdoba para estudiar Periodismo y, luego, Teatro en la Universidad de esa ciudad. Por entonces, su vida se repartió entre la diurna rutina universitaria y su trabajo nocturno como prostituta, lo que le permitió sobrevivir y donde conoció a muchas de las chicas que serían su familia adoptiva y retrataría en su novela Las malas (2019). En casi todas sus obras, incluida la dramaturgia, Sosa Villada ha elaborado lo que podríamos denominar, siguiendo a Leonor Arfuch (2007), una “narrativa vivencial”: allí aparecen sus recuerdos más antiguos, su infancia, su devenir travesti, y lo que he llamado su “llegada a la trans-escritura” (Maristany, 2022).
Manuela Trasobares
Manuela Trasobares Haro (Portbou, Girona, 1962) es una creadora polifacética —mezzosoprano, pintora, escultora y artista fallera—, además de filósofa y política. Fue la primera concejala trans en España, integrando la corporación municipal de Geldo (Castellón) por Acción Republicana Democrática Española entre 2007 y 2011. En entrevistas recientes prefiere definirse simplemente como mujer y rechaza la categoría de “transexualidad” así como, en general, los regímenes de clasificación identitaria (Moya, 2023).
Luis Troitiño
En 1967 Luis Troitiño (Tucuman, 1932) fue cofundador de “Nuestro Mundo”, primer grupo político homosexual de la geografía hispana. En una extensa entrevista, publicada en el blog de memorias y archivos Moléculas Malucas, Luis repasó los derroteros de la vida marica en la Argentina de mediados de siglo pasado y describía el proceso de politización de los primeros homosexuales porteños. En 2020, año en que se realizó la entrevista, Luis vivia en un barrio de clase trabajadora en los suburbios del Gran Buenos Aires. Con 87 años, era el encargado de un pequeño comercio de golosinas en cuyo entrepiso dormia entre sus libros y algunos enseres.
David Ulloa
Editorial Feliz Feliz publicó, en 2018, Cartas a hombres, primer libro de David Ulloa (Costa Rica, 1989). Este texto fue reeditado, en 2020, por la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, dentro de su colección “Vieja y Nueva Narrativa Costarricense”. Ulloa, periodista y comunicador, formado en la Universidad de Costa Rica, ha desarrollado una trayectoria marcada por la lucha por la visibilidad de las identidades sexodisidentes en el ámbito sociocultural costarricense.
David Vilaseca
En uno de los episodios más conocidos del Quijote, Ginés de Pasamonte, un malhechor condenado a galeras, comenta a Alonso Quijano que está escribiendo su autobiografía. Don Quijote le pregunta si ha finalizado el texto y Ginés de Pasamonte le responde: “¿Cómo puede estar acabado […] si aún no está acabada mi vida?”. Este episodio recuerda una de las entradas de Els homes i els dies (2017), los diarios de David Vilaseca (1964-2010), en la que el escritor y académico, sintiéndose atrapado en una tortuosa madeja autobiográfica, afirma: “Vull explorar la veu d’algú altre i no en sé: l’únic que em surt és això, aquest discurs obsessiu sobre mi mateix, aquest projecte d’autobiografia penosa i fragmentada que no acabaré d’escriure mai” (Vilaseca, 2017: 508).
Xavier Villaurrutia
El mexicano Xavier Villaurrutia (1903-1950) fue un poeta excepcional, de los primeros en incluir con discreción y cierto secretismo el tema homoerótico en la poesía mexicana de principios del siglo XX. Fue también dramaturgo y escribió críticas de literatura y artes, sobre todo de pintura. Perteneció a un grupo de jóvenes amigos en quienes destaca su búsqueda de universalidad poética; además, los miembros del ahora conocido como Grupo de Contemporáneos estaban unidos por su libertad artística y su exploración de la entonces sexualidad heterodoxa. Diríamos ahora que Salvador Novo, Villaurrutia o Carlos Pellicer —entre otros— fueron pioneros en los caminos de la homosexualidad y el homoerotismo, y que dichas prácticas fueron llevadas a sus versos. Los Contemporáneos ganaban su propio dinero y tenían sus propios espacios, circunstancia que favoreció el ejercicio de su heterodoxia. El poemario capital de Villaurrutia es Nostalgia de la muerte, cuya primera edición data de 1938 bajo el sello de la editorial Sur de Buenos Aires. La segunda edición, corregida y aumentada por el autor, y considerada definitiva, fue publicada en México por la editorial Mictlán en 1946.
Luis Antonio de Villena
Poeta, novelista, ensayista y crítico, Luis Antonio de Villena (1951-) es uno de los escritores gais de la primera hora del posfranquismo y uno de los más influyentes de España. Su lírica, erudita y repleta de referencias culturales, se inscribe dentro de la tradición del homoerotismo maldito y decadentista. En la poesía villeniana, el elogio de la belleza del efebo viene acompañado por recurrentes reflexiones de índole existencialista y una melancolía propia de la literatura finisecular. En sus más de noventa libros esboza muy hábilmente un canon de la literatura gay al tiempo que canoniza su propia vida y obra. En sus ensayos y relatos predomina la temática (auto-)biográfica. Gran parte de su creación literaria se centra en su propio personaje, lo que permite al autor presentarse como miembro de una élite gay sofisticada y aristocrática. Ejemplo claro de esta autofiguración levemente camuflada sería la voz narrativa de su novela Malditos (2010).
Oscar Hermes Villordo
Nacido en Machagai, un pueblo de la provincia de Chaco, en 1929, y fallecido el primer día de 1994 en la ciudad de Buenos Aires, por complicaciones derivadas del VIH/sida, Oscar Hermes Villordo es una de las figuras más importantes -y también una de las más marginadas- en el panorama de la literatura de temática homoerótica argentina. Como muchos otros varones homosexuales de su generación, Villordo se trasladó muy joven desde su provincia natal a la capital porteña, mucho más receptiva a las sexualidades disidentes que pueblos y ciudades provincianas. En Buenos Aires desarrolló una extensa trayectoria como periodista y crítico literario y cultural. Empezó su carrera literaria como poeta, pero es más conocido por su narrativa, en particular por la tetralogía de novelas de temática gay que publicó tras el retorno de la democracia, en 1983, compuesta por La brasa en la mano (1983), La otra mejilla (1986), El Ahijado (1991) y Ser gay no es pecado (1993). Olvidado y menospreciado durante mucho tiempo, en los últimos años ha sido objeto de una merecida reivindicación como pionero de la literatura gay/cuir latinoamericana. La reedición de las tres primeras novelas mencionadas a través del sello Caballo Negro es parte de este rescate; a él se suman nuevas investigaciones sobre su obra (Pierce, 2018; Cárcano, 2023; Peralta, 2024) y la revalorización de su producción poética (Cárcano y Peralta, 2025).
Luis Zapata
La obra de Luis Zapata (1951-2020) ha sido, sin duda, la más estudiada por la crítica en cuanto a cuestiones de literatura mexicana de contenido homoerótico se refiere. A su vez, sus textos han gozado de numerosas reimpresiones que le han valido una amplia popularidad dentro de la comunidad LGBTIQ+ hispanoamericana. En consecuencia, es normal que cuando se habla de literatura gay en México el primer autor que se menciona sea Zapata: esta circunstancia se debe a la publicación de su emblemática y conocida novela El vampiro de la colonia Roma (1979). Dicho texto causó un gran fervor entre el público por dos motivos: el primero —y más atrayente— fue el hecho de poner sobre la mesa la vida de un prostituto homosexual que recorría apasionadamente la Ciudad de México en busca de clientela; el segundo se debía a la ausencia de signos de puntuación en dicha novela, lo que generaba una doble transgresión al proponer la oralidad como punto de partida para el desbordado discurso del narrador.
Nahúm B. Zenil
El pintor y poeta Nahúm B. Zenil (El Tecomate, 1947) nació en un pequeño caserío del Estado de Veracruz. En aquel entonces, México aún no superaba los 20 millones de habitantes, la mayoría de los cuales vivía en un entorno rural. La comunidad donde Nahúm pasó sus primeros años era un sitio muy pobre y carecía de servicios básicos. Situado a unos 20 kilómetros de la cabecera municipal, el acceso al conocimiento de lo que sucedía más allá de sus límites, sólo era posible a través de la escuela; de ahí que sus primeros referentes culturales y artísticos fueran modestos. Al concluir la educación básica, migró a la capital del país, en compañía de su madre y su hermana, para continuar sus estudios en la escuela anexa a la Normal Nacional de Maestros. Se formó como profesor de educación primaria, actividad a la que se dedicó durante varios años antes de ingresar en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, donde estudió la carrera de pintura durante cuatro años, que concluyó en 1972.









