Jaime Gil de Biedma
En 2015, la editorial Lumen publicó, por fin, los diarios íntegros de Jaime Gil de Biedma (1929-1990), complementando así la correspondencia que la misma editorial había publicado cinco años antes. Habían pasado veinticinco años del fallecimiento del escritor, a consecuencia del sida, poco después de cumplir sesenta años. Los números, aquí, tienen su importancia. El actor Josep Madern, pareja y heredero de Jaime Gil de Biedma, había tomado la decisión de mantener los diarios del poeta inéditos por un tiempo prudencial: “Sobre los diarios y las cosas personales e íntimas creo que se debe dar tiempo para que se calme la cuestión de la homosexualidad y del sida. Es mejor dejar pasar el tiempo y hablar después”, había llegado a afirmar, según el diario El País. Tras el fallecimiento de Madern, en 1994 y como resultado, también, del sida, la agencia literaria Carmen Balcells mantuvo la custodia de los diarios hasta que se consideró oportuno publicarlos, un cuarto de siglo después de la muerte de Jaime Gil de Biedma —parafraseando el título de uno de los Poemas póstumos, obra mayúscula y crepuscular, en la que el poeta tomó la decisión de “matar” a su alter ego poético.
Juan Goytisolo
Nacido en el seno de una familia de la burguesía catalana, Juan Goytisolo (1931-2017) fue uno de los más importantes narradores y ensayistas de la Generación del 50, los llamados “niños de la guerra”. Perdió a su madre con siete años durante un bombardeo en Barcelona, desgracia que lo marcaría profundamente a él y a su familia, de la que formaban parte sus hermanos, los también escritores José Agustín y Luis Goytisolo. Desde una edad temprana manifestó su vocación por la literatura, interés que compartía con algunos antepasados maternos, así como un progresivo distanciamiento de los valores propios del franquismo y su clase social, encarnados por la rama paterna. Esta situación llevó a Goytisolo a abrazar la doctrina marxista, a posicionarse del lado del Partido Comunista y a vivir con fervor la Revolución Cubana. En 1956, tras publicar sus primeras novelas, Juegos de manos (1954) y Duelo en el paraíso (1955), se exilió en París, donde previamente había establecido contacto con la editorial Gallimard. Allí conoció a la que sería su esposa, Monique Lange, que por aquel entonces trabajaba en la editorial, y, entre otros muchos escritores e intelectuales, a Jean Genet, siendo dos de las personas que más marcarían su vida.
Juan Hidalgo
La obra de Juan Hidalgo (Las Palmas de Gran Canaria, 1927 – Ayacata, Gran Canaria, 2018) tiene una doble dimensión: la producción artística individual iniciada en los años cincuenta y el trabajo en equipo que llevó a cabo con el grupo Zaj desde 1964, junto a Ramón Barce, Walter Marchetti, Esther Ferrer y José Luis Castillejo. Su concepción de la creatividad se apoya en distintas disciplinas: la música, la performance, la fotografía, la escultura-instalación y la poesía. Esta dimensión multidisciplinar se fue afianzando con el paso del tiempo en contacto con las neovanguardias europeas y estadounidense. En ese sentido, los viajes fueron determinantes para conocer a creadores como el italiano Walter Marchetti, el americano John Cage y el francés Pierre Schaeffer. En 1961, la presentación de su obra Ukanga en Tokio, en un festival de música experimental, le permitió explorar las peculiaridades del japonés y del chino, una sensibilidad oriental que dejaría huella en obras posteriores.
Miquel Iceta
“Los armarios hay que quemarlos para que nadie pueda volver a ellos y sobre todo para que nadie se vea obligado a estar en ellos”. Con estas palabras, en 2017, respondía Miquel Iceta Llorens (Barcelona, 1960) a una periodista que comentó en una rueda de prensa que un amigo suyo homosexual sentía “ganas de volver al armario” (Nieto, 2017) debido al aumento de las agresiones homofóbicas registradas en España a lo largo de ese año. Dedicado a la política desde 1977, ha ejercido numerosas responsabilidades (concejal, diputado en el Congreso y en el Parlament de Cataluña,…). Fue Secretario General del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) entre 2014 y 2021 y elegido su Presidente en 2021. Entre 2021 y 2023 ha sido Ministro de Política Territorial y Función Pública, así como de Cultura y Deportes.
Judith Juanhuix
Bajo el título en apariencia genérico Una dona (en castellano, Una mujer) se esconde un libro singular y pionero en la narrativa catalana. Un libro que rompe con una serie de prejuicios y de barreras vigentes hasta ahora. Por un lado, las memorias de Judith Juanhuix (Girona, 1971) constituyen el primer testimonio autobiográfico de una mujer trans escrito en catalán. A mi juicio, esto puede resultar extremadamente pertinente en un volumen que propone a sus lectores una exploración de los confines del léxico. ¿Hasta qué punto nuestra identidad está delimitada por el lenguaje? ¿De qué modo podemos desentumecer términos y marcas de género para ajustar las palabras a expresiones de género cambiantes como es el caso de las marcas trans y no binarias? Para Juanhuix, conocerse como mujer trans va de la mano a domesticar el lenguaje: a medida que la autobiografía avanza, la autora va explorando maneras de verse, de conocerse, de vehicular su identidad de género y su sexualidad, interrogando la precisión y la comodidad de términos como travesti, cross-dresser, transexual y trans, modelándolos, torciéndolos y ajustándolos, hasta encontrar la manera precisa de denominarse.
Bárbara Bianca LaVogue
Nacida en Haedo (provincia de Buenos Aires) en 1970, Bárbara Bianca LaVogue se trasladó a la Capital Federal en 1987, cuando tenía 18 años. Impulsada por Charlie Grilli, figura clave de la noche y la moda en el Buenos Aires de finales de los años 80 y comienzos de los 90, LaVogue se convirtió en una de las principales animadoras de los circuitos underground, en los cuales desempeñó las más diversas actividades, desde artista plástica a performer o coreógrafa; fue incluso couch de modelos célebres de la época, a quienes enseñaba a desfilar. Deliberadamente opuesta a la idea de llevar una vida convencional, LaVogue circuló por incontables fiestas y lugares de residencia, en una trayectoria marcada por la intensidad. En palabras de Diego Trerotola (2022: s.p.):
Pedro Lemebel
Hijo de una familia humilde con antecedentes mapuches, Pedro Lemebel (1952-2015) nació en un modesto barrio suburbano de Santiago de Chile (Zanjón de la Aguada). Santiago llegó a ser “su” ciudad, el lugar imprescindible para su actividad artística. Tras estudiar en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile y titularse de profesor de Artes Plásticas, conoció a algunas personas emblemáticas de la resistencia contra la dictadura de Pinochet: Nelly Richard, Diamela Eltit o Raquel Olea. Sin embargo, en el campo artístico nunca se identificó con la llamada “Escena de Avanzada” y sus representantes “intelectuales”. En el umbral de los años ochenta publicó su primer cuento sobre un chico que se prostituye. A lo largo de su vida, Pedro Lemebel se convertirá en la figura clave de la comunidad marginalizada, pero políticamente activa, de su país y en el representante emblemático de las minorías marginalizadas en toda América Latina. Consiguió atraer la admiración de autores como Roberto Bolaño y Carlos Monsiváis.
Leonardo
Leonardo (seudónimo, 1982-2013) fue un joven originario de Puebla, el primero de su familia en acceder a estudios superiores en la universidad pública estatal, logrando realizar estudios de posgrado. Vivió su infancia y adolescencia en una pequeña comunidad rural de población campesina cuyos habitantes, en el mejor de los casos, apenas superaban el nivel de pobreza. Es por ello que la expectativa de formación académica para sus jóvenes apenas llega al nivel medio superior, antes de ingresar al mercado de trabajo como obreros, campesinos o comerciantes, mayoritariamente. Por esa misma razón las expectativas son igualmente claras en lo relativo al matrimonio: casarse jóvenes y procrear relativamente pronto. Leonardo no las cumplió.
La Lita
La prisionera apodada “La Lita” (Buenos Aires, 1905-¿d. 1944?) fue entrevistada en la cárcel de Buenos Aires en 1940 por un criminólogo y se describió como una “marica seria”. También se refirió a la práctica de conocer hombres en espacios públicos y acostarse con ellos (Ficha 2531). Cuando nació en 1905, su sexo fue clasificado como masculino. Sin embargo, La Lita le explicó que desde los ocho años había aprendido a usar maquillaje y ropa femenina para atraer a los hombres. Según el criminólogo, las relaciones homosexuales cimentaron la psique femenina de La Lita; desde sus primeros encuentros con un compañero de clase, “su vida continuó en idéntico ritmo, era una mujer, pues se sentía mujer y procedía como tal”. Aunque intentó trabajar con su padre en el campo, pronto se dio cuenta de que no estaba hecha para esa vida. Según la transcripción de la entrevista, La Lita afirmó:
Lola
La historia de Lola (Barcelona, 1965-¿?) quedó recogida en el primero de los anexos de Transgenerismos. Una experiencia transexual desde la perspectiva antropológica (2006) de Norma Mejía (2006: 343-370), ensayo autoetnográfico resultado de su tesis doctoral en Antropología. Este anexo, titulado “Entrevista. Lola, una superviviente”, consiste en la transcripción de un diálogo de 27 páginas que Mejía realiza a Lola sobre su historia de vida como mujer transexual en la España de los 70, 80 y 90. La entrevista se enmarca dentro del conjunto testimonial que significa el volumen, donde aparte de las experiencias de la propia autora, encontramos múltiples historias sobre las diferentes personas trans —principalmente mujeres— que ha ido conociendo a lo largo de su vida, configurando una obra de inmenso valor biográfico y autobiográfico en el contexto de las textualidades trans en España. La entrevista a Lola destaca no solo por ser un testimonio directo en el que relata su historia de vida —uno de los cuatro de este tipo que aparecen en el libro— sino por ser también el más largo y completo.